Decía Jean Jacques Rousseau que "el hombre es bueno por naturaleza pero la sociedad lo corrompe".
¡Qué coincidencia! Me siento igual que él, en un mundo corrupto. Un sitio donde la gente parece ir a su ombligo sin importarle nada más. Un mundo dónde la política és mera prevalicación, donde los jefes de estado no saben gobernar nada más que en la administración (y algunos ni eso) donde cada cierto tiempo hay que volver a cambiar un gobierno gris por otro negro, un mundo necio sin ecrúpulos. Un universo donde los jóvenes, excepto yo y algunos más, sólo se preocupan de las nuevas tecnologías, de las modas, de fumar, de "amar" (si el tonteo y el uso se puede llamar así) a las "parejas" (realmente son parejas, pero como animales) algunos de las drogas, y para colmo se quejan de la situación del Mundo, de que no tienen un futuro muy deseable, de que estudiar es inútil para trabajar de fontanero (¡VIVAN LOS FONTANEROS! que son muy dignos) que parecen afincados en el Renacimiento (Carpe Diem) con nuevas mentalidades positivistas y utilitaristas. Pero luego los jóvenes tienen un problema, entre otros, se quejan de la situación mundial y ni siquiera se interesan por las revueltas orientales, por la subida del petróleo, por las declaraciones de la oposición (siempre tan demagoga y populista) por las tensiones del país, no votan (pero sí fuman,beben y fo.... incluso hay algunos que abortan) esa es nuestra juventud, la comodidad hodierna. "¡Qué mierda de vida!" dicen, pero se les olvida añadir..."pero no hago nada para cambiarla".
Claro que los hijos salen igual que los padres. Unos, revolucionarios hasta la médula (pero con problemas de focalización y percepción) otros manipulados por ideologías o religiones (que a fin de cuentas llevan ideologías dentro) y manipuladores (algunos dirigen nuestro país) la mayoría caprichosos y egocéntricos, la minoría responsable de puertas para fuera (porque en casa no quieren ni ver a la familia) Unos matan, otros roban, otros las dos. Quedan los arrogantes y necios, los de la razón econonómica, los que sólo creen que felicidad es la ausencia de problemas, libertad : libre albedrío. Sin contar a los "santitos" que después son los peores. Los que por sufrir se convierten en políticos, los que por ganarse el afecto de un país se hacen los héroes. Todos ellos sucumbidos por fama, envidia, perversión, dinero.... y una infinita lista de cosas malas.
Pero aunque la sociedad esté como para tirarala por el desagüe, aún queda otra oportunidad, la oportunidad de cambiar. De crear un mundo verdaderamente libre, donde predomine el bien y sino también. Un mundo donde X satisfaga y realice a todos, donde el bien de todos se vea respetado por una ley, donde la ideología caiga en manos de las llamas del olvido y sólo la verdad y la realidad se impongan (de forma pacífica y parlamentaria, sin coaccionar para bien o para mal, abajo la violencia y las guerras civiles) para conseguir el bien común (suma de todos los bienes individuales) Para llegar y esta vez sí, a un verdadero y nuevo MUNDO FELIZ donde el hombre sea hombre y no un juguete de otros, donde exista el respeto y la cordialidad, donde Rey y fontanero (mira que son dignos...) sean lo mismo, donde los politicos y encargados de salvaguardar el equilibrio basados en la tolerancia, el bien y la presencia de lo humano (si eso es lo que hacen ahora...) no lleven tantos sacos encima (de dinero) donde la cultura no se economice y se elimine la "libertad de matarse" pero con restricciones en bares y restaurantes y a cien metros de escuelas y parques, donde Yo y Tú seamos lo que rija el universo social, donde verdaderamente si exista una ley verdadera (¡valga la redundancia!) donde exista la Ley del Corazón.
Y sé lo qué direis, esto no es una utopía, esto es el deseo de millones de jóvenes, ancianos, adultos, futuras generaciones, antepasados nuestros...... ¿Pero cómo lograrlo? Lo primero, abajo todas las ideologías...... porque todos los juicios deben estar hechos con cordura en base a la verdad y no a esquemas podridos. Espero que estemos de acuerdo con el sabio, pero realmente el sabio es usted, porque usted desea... ¿A qué espera?
Néstor Sánchez
