Si a un país no se le refuerzan los cimientos, el progreso de la obra será estúpìdo, necesario cambiarlo.



lunes, 14 de febrero de 2011

La pescadilla que se muerde la cola

Mientras veía ayer "los Goya", en los intermedios de las series más animadas de las noches del domingo, a duras penas por tener que aguantar y pensar en el egocentrismo, la soberbia y la arrogancia de la que se hace llamar ministra de cultura, volví a mi reflexión de la cultura. ¿Qué es cultura? ¿Una fuerza...? ¿Una exigencia (bueno sí, pero no estamos en Filosofía así que...)? ¿Un.... mal llamado derecho?¡Aquí está! Un mal llamado derecho, pues la obligación a ojos del propio orgullo, no es libre. Si quieres conocer la vida de....yo qué sé....por ejemplo Góngora, tienes que pagar. Si quieres leer la genuina teoría que cambió el universo, también debes aflojar la pasta. Si necesitas... En fin, dejémoslo, porque sería empezar y no acabar. Lo vergonzoso es que en este mundo, "tan desarrollado" "tan superguay" "lo más de lo más", vamos, "la créme de la créme" tengamos que pagar para cultivarnos. Esto es el mundo del librelabredío, dond ecada uno hace lo que le da la gana, la ciudad sin ley, la relatividad sin manzanas.... vamos, un caos. ¿quién mandaría a la ministra economizar la cultura? se podría haber quedado en su casa repasando su vida como directora, o tomandose unas copas con Elena Salgado, con la que parece que se lleva muy bien (claro, tendrá que haber tenido influencias para economizar a Cervantes. !Ah, no! que Cervantes tiene que pudrirse en un dico duro virtual, porque como está muerto, nadie lo defiende, cada uno a lo suyo....) Y ahora me enfado y no respiro... quiero decir, no escribo.